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Neveras y refrigeración

La nevera es un electrodoméstico presente en todos los hogares. Se trata de un aparato de refrigeración destinado a la conservación y almacenamiento a corto plazo de los alimentos a una temperatura inferior a la temperatura ambiente. El interior de una nevera está normalmente entre los 3 y 5 grados, manteniéndose en todo momento a una temperatura ligeramente mayor a la de congelación. Esta franja de temperatura es la considerada como óptima para la conservación de alimentos. El refrigerador permite mantener los alimentos frescos durante más tiempo y ello ha significado una gran contribución en la modificación de hábitos alimentarios facilitando una dieta general más variada. Visto por el lado contrario su generalización en los hogares también ha significado un aumento de oferta de alimentos congelados y precocinados. El abuso de este tipo de comida rápida puede provocar carencias nutricionales. La refrigeración prolonga durante días la durabilidad de los alimentos y la congelación lo

Temperaturas de refrigeración


Neveras y Temperaturas de Refrigeración

Los ajustes de temperatura para el congelador y el refrigerador varían según los fabricantes. Lo habitual en los equipos domésticos es una temperatura entre 3º C y 5º C para la zona de nevera y unos -18º C en el congelador.

Según el tipo de alimento varía el tiempo de conservación.
Las carnes crudas, embutidos, pescado fresco y productos lácteos frescos precisan de una temperatura entre 0 y 3 ºC para su conservación que además no conviene supere las 48 horas.
Los alimentos ya cocinados, así como yogures, sopas, leche y quesos tienen un período de conservación mayor y se pueden mantener a mayor temperatura (hasta 7º).
Por lo tanto, para una correcta y más eficiente conservación, debemos mantener el frigorífico a una temperatura entre los 2 y 5ºC y almacenar los alimentos más sensibles en las zonas más frías. Como norma general debemos tener en cuenta que la parte inferior de la nevera es más fría que la superior y que la parte posterior es más fría que la anterior. Así las carnes, pescados y alimentos crudos se conservarán mejor en la parte baja, los embutidos, leche y derivados lácteos en la zona central y es preferible dejar la parte alta para huevos, refrescos, frutas y verduras frescas.

Aunque los frigoríficos actuales hacen que circule el aire en su interior para que la temperatura sea más uniforme, unas zonas son ligeramente más frías que otras por diversos motivos. En primer lugar el frío se genera en el evaporador, que es el encargado de absorber la mayor parte del calor de interior de la nevera y está en casi todos los casos de los equipos domésticos en la parte posterior. Logicamente por este motivo será más fría esta zona. Además cada vez que abrimos la puerta del frigorífico entra aire que provoca un aumento de temperatura pero que afecta mucho más a los alimentos almacenados en la parte delantera respecto a los de la parte posterior. Por otra parte el aire más caliente tiende a subir y el más frío a ocupar su lugar en la parte inferior por lo que esta zona es más fresca.

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